La intolerancia a la lactosa es una condición digestiva que ocurre cuando el cuerpo no puede digerir adecuadamente la lactosa, un azúcar natural presente en la leche y sus derivados. Esto se debe a una deficiencia de
lactasa, la enzima encargada de descomponer la lactosa en azúcares más simples (glucosa y galactosa) para ser absorbidos por el organismo. Como resultado, la lactosa no digerida permanece en el intestino, causando diversos síntomas gastrointestinales.
La intolerancia a la lactosa es extremadamente común a nivel mundial:
- Afecta a más del 65% de la población adulta
- Su prevalencia varía según el grupo étnico y la región:
- En Asia, África y América del Sur, más del 70-90% de las personas tienen algún grado de intolerancia.
- En Europa del Norte y en algunas partes de Norteamérica, es menos común, afectando al 5-15% de la población.
¿Qué es la lactosa?
La lactosa es un tipo de azúcar natural que se encuentra en la leche de mamíferos (vaca, cabra, oveja, e incluso humana).
- Es un disacárido compuesto por dos moléculas: glucosa y galactosa.
- La lactosa es una fuente importante de energía, especialmente en los primeros años de vida.
Para que el cuerpo pueda aprovecharla, necesita ser descompuesta en el intestino delgado por la
enzima lactasa.
¿Qué es la intolerancia a la lactosa?
La intolerancia, en este contexto, se refiere a la
incapacidad parcial o total de digerir la lactosa debido a una insuficiencia de lactasa.
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Primaria: Es la forma más común y ocurre naturalmente con la edad, ya que los niveles de lactasa disminuyen después de la infancia.
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Secundaria: Ocurre como consecuencia de otras condiciones, como infecciones intestinales, enfermedad celíaca o síndrome del intestino irritable.
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Congénita: Es muy rara y se presenta desde el nacimiento, debido a un defecto genético que impide la producción de lactasa.
¿Cuáles son los síntomas de la intolerancia a la lactosa?
Los síntomas suelen aparecer entre
30 minutos y 2 horas después de consumir alimentos con lactosa. Su intensidad varía según la cantidad ingerida y el nivel de deficiencia de lactasa. Los más comunes incluyen:
- Síntomas digestivos:
- Hinchazón abdominal.
- Gases excesivos.
- Diarrea (a menudo acuosa).
- Dolor o calambres abdominales.
- Náuseas, que en algunos casos pueden llegar a vómitos.
- Síntomas generales:
- Fatiga o sensación de pesadez después de consumir productos lácteos.
Causas de la intolerancia a la lactosa
La intolerancia a la lactosa se debe a una deficiencia o ausencia de
lactasa, la enzima encargada de descomponer la lactosa en el intestino delgado. Esta condición puede desarrollarse por diferentes motivos, que se clasifican en tres tipos principales:
primaria, secundaria y congénita. A continuación, te explico cada una:
Intolerancia primaria (o hipolactasia del adulto)
Es la causa más común y está relacionada con una disminución natural de la producción de lactasa después de la infancia.
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Razón evolutiva: En la mayoría de las personas, los niveles de lactasa son altos al nacer y durante los primeros años de vida, cuando la leche es la principal fuente de alimento. Sin embargo, al pasar a una dieta sólida, la producción de lactasa disminuye gradualmente.
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Factores genéticos: Esta forma de intolerancia está influenciada por la herencia genética. Algunas poblaciones (por ejemplo, del norte de Europa) tienen una mutación genética que permite mantener niveles altos de lactasa en la edad adulta.
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Prevalencia: Es muy común en personas de ascendencia asiática, africana y latinoamericana.
Intolerancia secundaria
Ocurre cuando el intestino delgado deja de producir suficiente lactasa debido a daños o enfermedades en la mucosa intestinal. Es reversible en muchos casos si se trata la causa subyacente.
Causas comunes:
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Infecciones intestinales: Gastroenteritis bacteriana, viral o parasitaria.
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Enfermedades inflamatorias: Como la enfermedad celíaca, el síndrome del intestino irritable (SII) o la enfermedad de Crohn.
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Cirugías intestinales: Resecciones del intestino delgado.
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Quimioterapia: Puede dañar la mucosa intestinal temporalmente.
Intolerancia congénita
Es una condición extremadamente rara causada por una mutación genética que impide la producción de lactasa desde el nacimiento.
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Herencia: Es un trastorno autosómico recesivo, lo que significa que ambos padres deben transmitir el gen defectuoso.
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Síntomas: Los bebés con esta condición presentan diarrea severa tan pronto como consumen leche, incluyendo la leche materna.
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Tratamiento: Requiere una fórmula sin lactosa desde el nacimiento.
Factores de riesgo adicionales
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Edad avanzada: La producción de lactasa disminuye naturalmente con los años.
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Historia familiar: Si tienes familiares cercanos con intolerancia a la lactosa, es más probable que la desarrolles.
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Enfermedades intestinales crónicas: Aumentan la probabilidad de intolerancia secundaria.
¿Cómo debe ser la dieta de un intolerante a la lactosa?

La dieta para quienes son intolerantes a la lactosa se basa en evitar o limitar los alimentos que contienen lactosa y sustituirlos por alternativas nutritivas y seguras. Sin embargo, la tolerancia a la lactosa varía entre individuos; algunas personas pueden consumir pequeñas cantidades sin experimentar síntomas.
Evitar o limitar alimentos con lactosa
Los alimentos con alto contenido de lactosa suelen incluir:
Lácteos frescos:
- Leche de vaca, cabra u oveja (entera, descremada o en polvo).
- Crema de leche y nata.
- Quesos frescos (ricota, queso crema, requesón).
Productos lácteos procesados:
- Helados, yogures tradicionales.
- Postres y flanes.
- Salsas cremosas, sopas enlatadas o instantáneas.
Leer etiquetas y evitar lactosa oculta
La lactosa se encuentra como ingrediente en muchos productos procesados. Verifica etiquetas que incluyan:
- Suero de leche.
- Leche en polvo.
- Lactosa o lactosuero.
- Hidrolizados de proteínas lácteas.
Sustitutos y alternativas
Las alternativas libres de lactosa permiten mantener una dieta equilibrada y disfrutar de productos similares a los lácteos:
Leches vegetales: Almendra, avena, coco, soya, arroz.
Productos lácteos sin lactosa: Leche deslactosada, yogures y quesos libres de lactosa.
Mantequilla clarificada (ghee): Contiene trazas insignificantes de lactosa.
Quesos añejos: Algunos quesos como el parmesano o el cheddar tienen muy poca lactosa.
Uso de lactasa enzimática
Los suplementos de lactasa enzimática (en tabletas o gotas) pueden ayudar a digerir la lactosa.
- Útil para ocasiones en las que se consumen alimentos con lactosa.
- Consultar con un médico antes de usar estos productos regularmente.
Ejemplo de un menú para intolerantes a la lactosa
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Desayuno: Tostadas integrales con aguacate y leche de almendra.
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Merienda: Fruta fresca (manzana o plátano) con un puñado de frutos secos.
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Almuerzo: Ensalada de pollo con espinacas, quinoa y aceite de oliva.
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Merienda: Yogur deslactosado con semillas de chía.
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Cena: Salmón al horno con brócoli al vapor y puré de papa.
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