El electrocardiograma es una prueba que permite medir el ritmo y la regularidad de los latidos del corazón. Descubre cuándo se necesita y mucho más.
El electrocardiograma es una prueba que permite medir el ritmo y la regularidad de los latidos del corazón. Descubre cuándo se necesita y mucho más.
El electrocardiograma es una prueba común que se encarga de registrar las señales eléctricas del corazón. Es indolora y se utiliza para detectar rápidamente si existen problemas cardíacos en una persona y de esta forma tomar acciones para controlar la salud del corazón.
El electrocardiograma es conocido también como ECG o EKG, es una prueba que se realiza para medir el ritmo y la regularidad de los latidos del corazón, el tamaño y la posición de las aurículas y ventrículos. Esta prueba puede detectar cualquier daño al corazón y notar cualquier reacción irregular ocasionada por medicamentos o dispositivos implantados al corazón.
Por lo general el electrocardiograma se realiza en el consultorio de un cardiólogo. Para esta tarea se utiliza una máquina conocida como electrocardiógrafo, que se conecta a la persona por medio de electrodos colocados al pecho.
Un médico puede recomendar el electrocardiograma cuando se sospecha de problemas en el corazón. Por medio de esta prueba pueden detectarse problemas como:
Aunque no se presenten síntomas es posible que un médico recomiende esta prueba cuando existen antecedentes familiares de enfermedades cardíacas.
Un electrocardiograma continuo se utiliza cuando los síntomas tienden a aparecer y desaparecer, existen dos tipos:
En el papel del electrocardiograma se encuentra registrado el ritmo cardíaco. Allí se observa la presencia de ondas (P) un complejo (QRS) y finalmente una onda T. Por medio de las ondas, sus formas y la duración que tienen, se puede observar si existen irregularidades en los latidos.
Las ondas P permiten conocer el tiempo de entre cada latido del corazón, se representa en el electrocardiograma como una línea horizontal entre el punto más bajo y el más alto. La onda P no debe superar 2,5 mm de altura y su duración no debe ser mayor a 0,11 segundos en un adulto. Si estos parámetros no se cumplen puede ser una señal de anomalía.
La onda T representa un pequeño latido perceptible después del primero y marca el final del latido del corazón. La onda T siempre es positiva cuando se observa con una forma asimétrica y redondeada, lleva normalmente una longitud de 3 mm. Cuando se observa picuda o cóncava sugiere que hay alteraciones cardíacas.
El tiempo transcurrido entre la onda P y la onda T debe ser regular a lo largo de toda la prueba. Si durante el tiempo transcurrido de la prueba hay variaciones, esto es una señal de irregularidades en el latido del corazón.
Para conocer cuál es la frecuencia cardíaca en el electrocardiograma se localiza el punto más alto “R”, se cuenta el número de cuadros grandes que hay dentro de un punto R y otro, luego ese número se divide el resultado entre 300. Por ejemplo, si hay 3 cuadros grandes entre dos picos se hace la división así 300/3=100.
Este resultado permite detectar la cantidad de latidos por minuto que tiene una persona. Por lo general el ritmo cardíaco debe estar entre 60 y 100 latidos por minuto. En caso de encontrarse por debajo de esa cifra se conoce como bradicardia y por encima como taquicardia.
De igual forma lo recomendable es preguntarle al doctor cualquier duda sobre los resultados obtenidos. Los cardiólogos son el personal médico cualificado para interpretar adecuadamente el ECG.
El médico o enfermera conecta al paciente los cables del electrocardiógrafo a la piel del paciente con ayuda de adhesivos o electrodos. Se colocan los electrodos tanto en muñecas, pecho y tobillos, esto con el objetivo de recoger el mismo impulso eléctrico, pero desde distintos lugares.
Antes de colocar los electrodos primero el especialista se encarga de limpiar y rasurar los vellos de la zona en donde serán colocados.
Durante la prueba el paciente debe mantenerse acostado, relajado y sin hablar. Buscando mantener un ritmo de respiración normal y con sus brazos y piernas inmóviles. Asimismo, debe seguir las indicaciones del médico para evitar que los resultados sean alterados.
Los cables se conectan al electrocardiógrafo para registrar la actividad eléctrica del corazón. Al finalizar la prueba la actividad mostrada en el monitor se imprime en papel para el análisis médico. Por lo general esta prueba puede durar 3 minutos.
El electrocardiograma es un procedimiento totalmente seguro, por lo que no existe ningún riesgo para la salud al realizar esta prueba. Los electrodos sólo se encargan de registrar la actividad eléctrica del corazón sin causar ninguna molestia o incomodidad.
Es posible que el paciente al retirarle los electrodos sienta una ligera molestia similar a cuando se retira un vendaje, pero dura un corto tiempo. En otros casos es posible que ocurra un leve sarpullido en el lugar donde se colocaron los electrodos.
Los resultados del electrocardiograma pueden ser dados por el médico el mismo día o en la próxima cita. Durante los resultados el médico podría encontrar información como:
Si los resultados de ECG muestran un problema en el ritmo cardíaco, es probable que su médico le recomiende realizarse otro electrocardiograma o un ecocardiograma. Asimismo, le enviará un tratamiento acorde a los síntomas que presenta.
La forma más precisa para saber si se tiene o no un ECG normal es asistiendo a una cita médica con el cardiólogo para que le explique detalladamente qué significan los resultados obtenidos.
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