Las infecciones atacan imprevistamente a nuestro organismo y debemos detectarlas a tiempo para detenerlas.
Las infecciones atacan imprevistamente a nuestro organismo y debemos detectarlas a tiempo para detenerlas.
Actualizado el 19/03/2021
Es posible que te hayas enfermado algunas veces y el médico te haya indicado que se debía a una infección. Por lo tanto, es posible que desees saber qué es y qué puedes hacer para prevenirla en el futuro.
Índice de contenido
Las infecciones son un proceso en el que un microorganismo se aloja en el cuerpo de una persona y comienza a multiplicarse, causando ciertas afecciones a la salud.
Debes saber que existen muchos tipos de microorganismos, dentro y fuera de nuestros cuerpos, los cuales normalmente son inofensivos e incluso útiles.
Algunas infecciones se originan del contacto con los animales y estas son conocidas como zoonosis. ¿Quieres leer más sobre este tema? Te dejamos un artículo de la OMS que será de gran ayuda para ti.
Dejando eso claro, las infecciones se clasifican según el microorganismo que las origina o según el órgano del cuerpo que ha sido afectado.
¿Quieres saber cómo afectan las infecciones al cuerpo, según el microorganismo que las origina?
Provocadas por organismos unicelulares llamados bacterias, las cuales despiden toxinas que dañan los tejidos provocando enfermedades.
Las bacterias viven en todo tipo de ambiente, incluido el cuerpo humano. Se reproducen por medio de un proceso llamado fisión binaria, que consiste en la duplicación de sí mismas en una copia genéticamente igual.
Aunque existen muchas especies de bacterias (nuestro cuerpo está lleno de ellas, tanto dentro como fuera de él), solo un 1 % de las mismas pueden dañar al ser humano, entre las que se puede mencionar a los estreptococos, los estafilococos y la escherichia coli, etc.
Algunas de las infecciones ocasionadas por bacterias son:
Existe dos tipos de infecciones
Los virus son microorganismos aún más pequeños que las bacterias y los hongos.
Como no pueden reproducirse por sí mismos, necesitan invadir una célula viva que le aporte la energía suficiente para poder multiplicarse. Cuando esto sucede, ocurre la infección.
Algunos virus, están relacionados con enfermedades que aumentan el riesgo de padecer cáncer, como el virus de papiloma humano, que puede degenerar en cáncer de cuello uterino.
La hepatitis C y B, también son un ejemplo de enfermedades provocadas por virus que pueden acarrear cáncer, esta vez en el hígado. La gravedad de esta enfermedad en Latino América ha sido reseñada por Fundahigado America en este artículo.
Al igual que las bacterias, no todos los virus producen enfermedades. Sin embargo, cuando una bacteria es capaz de provocar una enfermedad, generalmente es porque ha sido infectada por un virus, los cuales son llamados bacteriófagos (virus que únicamente infectan a bacterias).
Un rasgo notable de los virus capaces de provocar enfermedades (patógenos), es que pueden permanecer latentes por muchos años en el huésped sin generar síntomas y reactivarse de forma inesperada, cuando el sistema inmunitario se encuentra debilitado, como en el caso de los pacientes que han sido trasplantados.
Aunque los antibióticos pueden ser efectivos atacando las infecciones bacterianas, no sucede lo mismo con las de tipo viral.
Los hongos, son organismos formados por al menos un núcleo, es decir, pueden ser unicelulares o pluricelulares. Algunos de ellos se reproducen en el aire por medio de pequeñas esporas, las cuales pueden ser inhaladas o caer encima de la piel de la persona.
Esta es la razón por la cual este tipo de infecciones suelen comenzar por los pulmones, o más generalmente, en la piel.
Ejemplos de enfermedades formadas por hongos, son el pie de atleta y la candidiasis vaginal.
Los hongos están clasificados en grupos:
Este tipo de infecciones provocan muchas enfermedades y las regiones del mundo más afectadas, suelen ser aquellas donde el clima es tropical o subtropical.
De todas, la más peligrosa y que más muertes produce en el planeta, es la malaria.
Los parásitos se pueden transmitir a través del agua o alimentos contaminados, por contacto sexual o por la picadura de un insecto, tal como muestra la imagen de arriba.
Existen parásitos externos, que a su vez se dividen en redondos y planos, como los ascaris (nematodo que se aloja en el intestino delgado del hombre) y las tenias; estas últimas pueden ocasionar graves problemas de salud si se alojan fuera del intestino, invadiendo otros tejidos del cuerpo.
Enfermedad de Chagas: Dependiendo de la fase de la enfermedad, los síntomas van desde dolor de cabeza, glándulas inflamadas, agrandamiento del hígado o del bazo; hasta latidos cardíacos irregulares, insuficiencia cardíaca congestiva, agrandamiento del esófago y del colon.
El resfriado común es una infección viral que afecta la nariz y la garganta. Por lo general, resulta inofensivo, aunque los síntomas te hagan sentir lo contrario. La población infantil menor a seis años corre mayor el riesgo de sufrir esta afección, mientras que los adultos experimentan un resfriado una media de dos veces al año.
Para la mayoría de las personas, una semana es suficiente tiempo para recuperarse. Los síntomas más comunes son:
La influenza es otra de las infecciones contagiosas más conocidas y que es provocada por el virus que lleva el mismo nombre. Afecta la nariz, la garganta y en algunas personas los pulmones. Es diferente al resfriado, ya que suele comenzar de repente. Estos son algunos de los síntomas:
Conocido popularmente como “culebrilla”, es una infección común de los nervios que puede resultar en una erupción dolorosa de pequeñas ampollas en la piel. Algunos pacientes han llegado a experimentar dolor incluso después de que la erupción ha desaparecido.
Es común que personas que han tenido el sistema inmunológico deprimido experimenten esta infección, así como personas mayores de 50 años. Entre los síntomas se encuentran:
El herpes genital es una infección de transmisión sexual y existen dos tipos. En cualquier caso, ataca a los genitales, causando ampollas y llagas dolorosas. Se contagia de persona a persona por contacto cercano o directo. Otros síntomas que se pueden presentar son:
Sida es la abreviación para el término “Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida” y es una infección causada por el virus del VIH. Con el paso del tiempo, llega a afectar y destruir el sistema inmunológico del cuerpo, el cual se encarga de defendernos contra las enfermedades.
Se transmite de una persona a otra cuando la sangre o algún fluido corporal, como semen, secreciones vaginales o la leche materna, de una persona infectada entran en contacto con un individuo sano. Algunos de los síntomas son:
Es importante en este punto resaltar, que aunque los antibióticos pueden ser efectivos atacando las infecciones bacterianas, no sucede lo mismo con las de tipo viral.
Según sea el caso, el médico puede recurrir a análisis de laboratorio y/o otras pruebas para encontrar el origen de los síntomas.
Debido a que un gran número de infecciones comparten síntomas parecidos, las muestras de fluidos corporales se suelen usar bastante para detectar la presencia de patógenos, como por ejemplo:
Otros métodos de diagnóstico, son la biopsia, por medio de la cual se toma una muestra de tejido para examinarlo; y el diagnóstico por imagen, que ayuda a descartar otras afecciones que puedan estar ocasionando síntomas.
Resulta importante reforzar y mantener un estrecho cuidado de las medidas de higiene personal y la de los hijos.
También, manipular los alimentos que vayan a ser ingeridos de forma higiénica, cocer muy bien las carnes, lavar cuidadosamente las frutas y verduras, etc.
El agua para consumo humano debe ser hervida o tratada con métodos de saneamiento, porque es una forma de transmisión de infecciones relevante.
Otra manera de evitar la propagación y tener un control sobre las enfermedades infecciosas que atacan al ser humano, es por medio de la vacunación.
Así, se evita también el uso inapropiado de antimicrobianos, lo cual es contraproducente porque fomenta la aparición de microorganismos resistentes a los mismos.
Otras medidas adicionales que sirven para disminuir la propagación de infecciones, son las siguientes:
Según sea el origen la enfermedad, el médico determinará cuál es el tratamiento adecuado para cada caso.
Así, recetará:
Ahora bien, resulta totalmente desaconsejado que la persona se automedique o recurra a tratamientos escuchados en la calle para solucionar su problema de salud.
En la Policlínica Metropolitana, cuentas con un grupo de especialistas en el área de infectología y un laboratorio clínico abastecido con todo el instrumental necesario para realizar diagnósticos precisos.
Conservar en buen estado nuestra salud, es una tarea que cada persona debe cumplir para consigo misma; pero eso no significa que deba hacerlo sola.
Existe una especialidad médica para cada necesidad, ponernos en manos de personal capacitado es el paso más importante que debemos dar en pro de la recuperación de nuestra salud.