El Dr. Pedro Monsalve, Médico Internista de Policlínica Metropolitana, ofrece detalles sobre esta enfermedad que puede afectar el corazón.
El Dr. Pedro Monsalve, Médico Internista de Policlínica Metropolitana, ofrece detalles sobre esta enfermedad que puede afectar el corazón.
Todos hemos escuchado hablar acerca de la hipertensión arterial. Esta enfermedad silenciosa puede afectar tanto al cerebro, como a distintas funciones del cuerpo. ¿Quieres conocer más al respecto? El Dr. Pedro Monsalve, ha presentado un excelente material audiovisual para descubrir más acerca de esta patología crónica.
Se conoce como hipertensión arterial al aumento de la presión de la sangre en los vasos sanguíneos. Según la Organización Mundial de la Salud, la presión arterial es la fuerza producida por el bombeo del corazón para lograr la circulación de sangre en todo el cuerpo y hacia los diferentes órganos.
Esta presión es determinada por dos factores, los cuales son:
Cuando la presión articular experimenta un aumento en su producción o circulación se produce lo que conocemos como hipertensión arterial. Los síntomas para su detección, suelen ser muy variados e incluso hay personas que son asintomáticas. Cuando el aumento de la presión es considerablemente alto, se conoce como crisis hipertensiva y necesita de atención médica inmediata.
La presión arterial normal es aquella que se mantiene en 120/80.
Una presión arterial normal facilita el suministro de oxígeno y nutrientes a los diferentes órganos del cuerpo, así como evita que elementos residuales puedan quedarse en el torrente sanguíneo.
Para mantener un nivel adecuado de presión arterial es necesario un estilo de vida saludable y una dieta balanceada, para evitar trastornos o problemas que puedan afectar el bombeo sanguíneo.
La hipertensión al no contar con una sintomatología determinada, es conocida como el asesino silencioso. Debido a que son diversos los factores que pueden afectar al paciente para desencadenar estos problemas en el bombeo sanguíneo.
En cuanto a los órganos afectados debido a la elevación, la subida de tensión puede ocasionar alteraciones neurológicas, problemas de visión, dolores de cabeza, dolores de piernas, deterioro de venas, hemorragias y trastornos trombóticos.
La hipertensión arterial es muy común diagnosticarla de forma casual, durante preoperatorio o consultas de revisión anual. Para ello, se necesita de una constancia de mediciones las cuales pueden brindar una tendencia de comportamiento regular referente a la presión arterial del paciente, de esta manera, identificar si existen subidas constantes.
Estas medidas pueden realizarse en casa a través de dispositivos especializados o en los centros ambulatorios con personal médico. Cuando el adulto se encuentra en edad superior a los 50 años, se solicita una medición constante de la presión arterial para prevenir los posibles riesgos asociados a la patología.
Cuando las cifras de presión van más allá de 130 y más allá de 85, el médico puede llegar a tener sospechas de padecimientos y es probable que proceda a realizar un conjunto de estudios.