El pie diabético es una patología que afecta a las personas diagnosticadas con diabetes mellitus. La buena noticia es que puede prevenirse ¡Descubre como hacerlo!
El pie diabético es una patología que afecta a las personas diagnosticadas con diabetes mellitus. La buena noticia es que puede prevenirse ¡Descubre como hacerlo!
El pie diabético es una patología que está asociada a una enfermedad metabólica de base que es la diabetes mellitus. Se trata de una infección, ulceración y destrucción de los tejidos profundos que conforman las extremidades inferiores.
No todos los pacientes diagnosticados con diabetes mellitus tienden a desarrollar pie diabético. Sin embargo, la recomendación es que al mostrar alguna lesión se trate de inmediato por profesionales de la salud.
Debido a que el pie diabético es una patología degenerativa los síntomas o lesiones, pueden diferir dependiendo del área y gravedad. Además, se encuentra condicionado por diversos factores como lo puede ser:
La incidencia de estos factores, puede aumentar la probabilidad de que el paciente con diabetes pueda contraer lesiones. Dependiendo de la fisonomía de la herida puede ser diagnosticado con algún grado de pie diabético.
Cabe destacar que casi el 80% de las lesiones que se desarrollan en pie diabético son producto de las neuropatías.
Esta condición hace que los pacientes puedan perder la sensibilidad en algunas áreas del pie y no ser capaces de sentir estímulos térmicos o mecánicos. Por lo que la percepción del dolor se ve disminuida o abolida en su totalidad. En consecuencia, aumentan las posibilidades de contraer diversas lesiones sin darse cuenta.
Esta neuropatía tiende a resecar la piel. La zona del pie al tener menor irrigación de sangre tiende a deshidratarse con mayor rapidez. En consecuencia, la piel se resquebraja o se fisura. Este problema suele ser más común en las zonas de apoyo, tal como lo puede ser el talón y los flexores de la planta.
La característica de la neuropatía motora es que afecta la estructura nerviosa, lo que atrofia la musculatura del pie. Produce alteraciones conocidas como dedos de martillo y dedos de gatillo. Además una afección progresiva que puede tener repercusiones en el arco longitudinal produciendo pie plano.
La isquemia es consecuencia de las alteraciones que sufren las arterias del paciente diabético. Degenera los vasos sanguíneos y en consecuencia obtenemos una reducción considerable del oxígeno y nutrientes en la sangre. Dando lugar a problemas de cicatrización, pérdida de masa muscular y muerte de las células.
Se denominan úlceras a las lesiones que tienen lugar en el pie de un diabético. Está por lo general es indolora y suele aparecer progresivamente en áreas donde el pie se encuentre más propenso a sufrir daños.
Dependiendo de la gravedad esta puede tratarse con mayor o menor urgencia. No todas las úlceras se relacionan como la causa del pie diabético. Algunas pueden ser simples ampollas que pueden tratarse con fármacos.
Las úlceras diabéticas sin embargo son objeto de atención constante, debido a que las neuropatías pueden agravar su estado al retrasar el proceso de curación. Asimismo, si no se cuenta con los cuidados necesarios pueden contraer una infección grave.
La infección es un proceso invasivo por parte de agentes patógenos que buscan colonizar el cuerpo. El origen puede ser muy variado lo que implica una mayor probabilidad de contraerlas. Las infecciones tienden a multiplicarse con rapidez, lo que aumenta el grado de daño.
Las úlceras diabéticas deben ser tratadas de inmediato para evitar que puedan contraer una infección. Esta puede agravar el estado de la cicatrización, haciendo que el desarrollo de la lesión sea aún mayor y produzca daños difíciles de tratar en el paciente.
Aunque no existen estudios que demuestran que los diabéticos sean propensos a adquirir un mayor número de infecciones, debemos tener en cuenta que las neuropatías pueden alterar la respuesta del cuerpo a agentes externos. Además, hace que los mecanismos de protección contra microorganismos no actúen con la misma urgencia.
Esta patología al estar condicionada por la aparición de lesiones y su progresiva evolución, no determina su gravedad en base a etapas. Más bien cuenta con diferentes clasificaciones que sirven como guía para su diagnóstico y tratamiento.
La clasificación de pie diabético Wagner – Meggitt, fue propuesta en 1970 y es la más empleada hasta el momento para determinar el tratamiento del pie diabético. Para ello sigue una clasificación de heridas crónicas descritas. Esto permite que los profesionales puedan contar con un indicador específico del tipo de úlcera que el paciente presenta.
Existe otro tipo de clasificaciones que también son aceptadas como:
Para iniciar con el tratamiento del pie diabético se debe controlar la hiperglucemia. Si hasta el momento el paciente no se encuentra con un régimen de control, este debe ser suministrado por el médico de confianza, basado en los valores de laboratorio de la glucemia.
Si están comprometidos otros órganos durante el diagnóstico del paciente, estos deben ser abordados con prontitud. Debido a que pueden retardar la cicatrización, y aumentar los problemas de neuropatía.
Estos factores aunque son externos a la lesión, cuentan con una alta repercusión en el desarrollo de la patología. El médico especializado enviará el tratamiento de las úlceras según el diagnóstico y el grado de la enfermedad.
Las úlceras que se encuentran con un alto grado de infección puede necesitar de que el médico elimine el tejido comprometido. Cabe destacar que este procedimiento puede realizarse mediante desbridamiento o amputación.
Para tratar el pie diabético se necesita de un esfuerzo interdisciplinario, donde profesionales de distintas áreas aportan sus conocimientos. Para controlar los niveles de glicemia en la sangre se necesita de un endocrino, para tratar las deformaciones en los pies, es necesario acudir a un traumatólogo.
Para el manejo de las neuropatías, se debe entrar en control con un neurólogo. En el caso de necesitar la irrigación en el área, se recomienda asistir a un cirujano vascular. Además si se contrae una infección muy severa el paciente deberá acudir a un infectólogo, el cual se encargará de brindarle tratamiento con antibióticos.
Crear una cultura de prevención es muy importante para los pacientes diabéticos, ya que con estos esfuerzos se busca evitar que este tipo de accidentes continuen afectando la salud del paciente. Entre los cuidados obligatorios está el mantener los niveles de glucemia controlados. De esta manera podemos evitar o ralentizar la degeneración que pueden sufrir algunos órganos por consecuencia de la enfermedad de base.
Además, se recomienda que el paciente siempre tenga especial atención a sus pies, esto implica una revisión diaria del cuerpo.
Para los pacientes con diabetes se les recomienda asearse realizando un lavado diario con agua templada y asegurándose de retirar la humedad.
Se les recomienda aplicar cremas hidratantes y acudir a cortarse las uñas con un profesional quiropodista. También es preferible que utilicen zapatos cómodos, e inspeccionar el calzado antes de colocarselo.
Para cuidar la salud del diabético hay que evitar que camine descalzo, y si encuentra alguna herida en sus pies es necesario notificarlo al médico de cabecera.