Conoce los detalles sobre la nueva variante Ómicron se reportó en Sudáfrica y ahora ha llegado hasta Latinoamérica.
Conoce los detalles sobre la nueva variante Ómicron se reportó en Sudáfrica y ahora ha llegado hasta Latinoamérica.
Actualización realizada el 08/11/2022
La variante Ómicron ha puesto al mundo en alerta y ha paralizado nuevamente los viajes a nivel internacional. Esta nueva variante ha traído como consecuencia un incremento en los casos de coronavirus en Sudáfrica, pero no solo ha quedado en este país, sino que ha aparecido en Inglaterra, Japón, Estados Unidos y otros 20 países más.
Actualmente, la variante Ómicron ha sido reportada por la OMS como una variante de preocupación. Aunque no se encuentra definido si esta variante del COVID-19 es más grave en comparación a las otras variantes o si causa una mayor enfermedad.
La nueva variante fue notificada a la OMS el 24 de noviembre del 2021 en Sudáfrica. Anteriormente habían presentado tres picos de casos elevados causados por la aparición de la Delta. Sin embargo, en las últimas semanas el número de casos volvió a crecer, pero por la detección de Ómicron.
La nueva variante Ómicron es la representación de un diverso número de mutaciones. Algunos de los riesgos que se presentan son:
Las pruebas PCR no consiguen detectar el gen S, uno de los genes que contiene la Ómicron y que la hacen diferente a otras mutaciones. Por esta razón los pacientes que sospechen presentar los síntomas de esta enfermedad deberán esperar la confirmación del diagnóstico por medio de una secuencia de exámenes.
Los síntomas del Ómicron no varían mucho a los reportados en cualquier tipo de COVID-19. Lo que sí destaca es que la mayoría de los pacientes con esta variante presenta síntomas leves. Algunos de los síntomas más comunes son:
De igual forma los médicos de Sudáfrica que informaron sobre esta nueva variante comentan que también los pacientes pueden presentar síntomas como una fatiga extrema y un pulso alto.
El cansancio o fatiga es un síntoma bastante común en personas que han pasado por el COVID-19 y parece que se acentúa más cuando aparece con la variante Ómicron. Dependiendo de la gravedad de la enfermedad este síntoma de fatiga puede durar dos o tres semanas.
Sin embargo, en los casos de pacientes que poseen fatiga crónica ocasionada por otra enfermedad previa, este síntoma puede durar meses. Lo que puede afectar considerablemente su ritmo de vida y llevarlo incluso a un estado de depresión.
Para aquellas personas que notan secuelas del COVID-19 es necesario solicitar atención médica que pueda ayudarlos a superar los síntomas y a recuperar su salud por completo.
El COVID Ómicron en su composición contiene medio centenar de mutaciones. En la espícula mutada contiene 36 de ellas que utiliza para introducirse con mayor accesibilidad al cuerpo humano.
Por lo regular una persona con los anticuerpos obtenidos por la vacuna o por la infección previa de COVID, podría anular la enfermedad. Pero, en el caso de la variante Ómicron existe una alta probabilidad de contagio causado por las múltiples mutaciones que se encuentran en la espícula del virus. Las mutaciones despistan a los anticuerpos y disminuye la efectividad de las vacunas.
Es importante destacar que esta variante del coronavirus puede cambiar su forma de acoplarse a las células humanas; aunque los efectos que puede causar la misma, se desconocen.
El Instituto Nacional de las Enfermedades Infecciosas de Sudáfrica afirma que la expansión del Ómicron puede ser dos veces más rápida que la Delta. La razón de esto, está relacionada con una mayor transmisibilidad, una mejor penetración al organismo o su capacidad para confundir los anticuerpos.
Aunque esta nueva variante del COVID-19 se encuentra en la mira de las OMS por su rápida propagación; la aparición de los síntomas es leve en los pacientes que han sido vacunados.
Según los estudios realizados en la Universidad de Lovaina, ubicada en Bélgica se calcula que una persona infectada con Ómicron puede contagiar a más de 8 personas en una población que no se encuentra inmunizada.
A diferencia del coronavirus original que surgió en Wuhan que puede causar el contagio de 2,5 personas por infectado. Asimismo, ocasiona una cantidad mayor de contagios que la variante Delta 6,5 contagios por cada infectado.
Aún los estudios realizados a nivel mundial no han determinado si la variante Ómicron es más grave que el virus original o que la variación Delta.
Los estudios arrojados en Sudáfrica demuestran que existe un aumento de hospitalización, pero aún no se determina de forma precisa si esto se debe a la mayor cantidad de pacientes infectados por el virus original o su variante Ómicron.
Los primeros casos detectados por esta variante fueron estudiantes universitarios y por lo que se conoce los pacientes jóvenes presentan síntomas más leves de la enfermedad. Por lo que los especialistas consideran que se debe esperar varias semanas para conocer realmente la gravedad de los síntomas causados por el COVID-19 Ómicron.
Las pruebas PCR siguen siendo las principales a utilizar para detectar la infección del paciente con coronavirus y las distintas variantes. Según la OMS aún se continúan realizando distintos estudios para evaluar la eficacia de otras pruebas que puedan determinar de forma más precisa esta variante.
Asimismo, el tratamiento que los médicos recomiendan a los pacientes va relacionado con medicamentos de corticosteroides y antagonistas de los receptores de interleucina 6. Otro tipo de tratamiento distinto al mencionado continúa siendo evaluado para determinar su eficacia ante la variante.
El tratamiento que los médicos recomiendan a los pacientes va relacionado con medicamentos de corticosteroides y antagonistas de los receptores de interleucina 6. Otro tipo de tratamiento distinto al mencionado continúa siendo evaluado para determinar su eficacia ante la variante.
En caso que el paciente sospeche de presentar síntomas de Ómicron es fundamental que solicite atención médica de forma oportuna para que el médico le indique cuál es el tratamiento más adecuado y evitar daños irreparables a la salud.
Las medidas que la población a nivel mundial debe considerar para disminuir la propagación, es mantenerse a una distancia de al menos un metro de distancia de otras personas. Asimismo, debe continuar utilizando la mascarilla bien ajustada y mantener las ventanas abiertas para ventilar las estancias.
Los lugares que se encuentran abarrotados de personas o con poca ventilación deben evitarse lo más posible. Sobre todo, aquellas personas de la tercera edad o personas que tienen enfermedades como diabetes e hipertensión.
Al momento de toser y estornudar hacerlo en el interior del codo o dentro de un pañuelo desechable. Asimismo, se debe mantener las manos limpias en todo momento.
Estas tres subvariantes de Ómicron comienzan a aparecer en el continente americano y representan más de la mitad de los casos de contagio por COVID-19. Las nuevas variantes BQ1, B1.1.1 y BF.7 cuentan con la misma característica de propagarse con mucha más facilidad que otras variantes, por lo que es mucho más difícil que las personas puedan evitarla.
Asimismo estas subvariantes cuentan con la mutación que les permite eludir los anticuerpos del sistema inmunitario. De esta forma es mucho más fácil para el virus acceder al organismo de forma imperceptible.
En Venezuela las variantes de Ómicron Ba.4 y Ba.5 son las que han sido detectadas. Se les hace responsable del aumento de casos de COVID-19 recientemente durante los últimos meses.
El médico infectólogo Julio Castro ha señalado preocupación por el incremento de los casos de COVID-19 y sospecha que podríamos estar frente a una cuarta ola de casos, pero desconocemos qué tan intensa, grave o prolongada será.
A pesar que las nuevas subvariantes que han surgido del Ómicron tienen una mejor habilidad para evadir la inmunidad del cuerpo, los estudios demuestran que estas no presentan mayor gravedad que otras variantes.
Lo que resulta más preocupante para los médicos y científicos que estudian las subvariantes de Ómicron es que tienen la capacidad para eludir los medicamentos que utilizan regularmente personas inmunodeprimidas o que tienen un mayor riesgo de padecer síntomas graves ocasionados por el COVID-19.
Aún no existe forma de determinar el tiempo que dura el Ómicron en el organismo de una persona. La duración de la infección varía de persona en persona. Por los momentos se observa que la infección es mucho más rápida que otras variantes y los síntomas desaparecen mucho más rápido.
Si la variante original del COVID-19 por lo general duraba un lapso de 5-6 días en aparecer los síntomas, el Ómicron puede demorar tan solo 3 días en aparecer.
La duración y la gravedad de los signos de la enfermedad pueden variar en cada paciente. Depende de su edad, el estado de salud y si ha sido vacunado. Por lo general una persona contagiada por Ómicron con un buen estado de salud y que ha sido vacunada puede durarle la enfermedad una semana.
A pesar que aún hay muchas dudas sobre la variante Ómicron, lo que sí se sabe es que tiene una mayor capacidad de transmisión. Por esta razón, es necesario mantener las medidas de bioseguridad para evitar el contagio.
La principal medida que los médicos recomiendan para prevenir el contagio es la vacunación. Esta puede ayudar a disminuir las posibilidades de contagio, o reducir la intensidad de los síntomas presentados.
En la región latinoamericana ya se han reportado casos con esta variante en Brasil, Perú, México y Chile. Los primeros casos reportados proceden de Sudáfrica. Todas aquellas personas que presenten síntomas o sospecha de contagio deberán realizarse un estudio de despeje y evaluarse con el médico para comenzar el tratamiento lo más pronto posible.