La depresión es un trastorno que ha afectado a todo el mundo
La depresión es un trastorno que ha afectado a todo el mundo
En algunos países la tasa de suicidios aumentaron de una forma increíble. La depresión ha sido la principal culpable ya que crece silenciosamente hasta que la persona no puede aguantar más.
Esto ha generado una alarma mundial y han realizado diferentes proyectos para atacarla. ¿Quieres notar la depresión a tiempo? Te invitamos a conocer todo lo necesario con nosotros, tal vez puedes salvar una vida.
La depresión, es un trastorno del ánimo definido por la presencia de síntomas que persisten durante un período de más de dos semanas, alterando el comportamiento previo del individuo en sus actividades cotidianas.
Aunque muchos la confunden con la tristeza, la cual es un estado anímico completamente normal comprendido dentro de la amplia gamas de emociones que son capaces de sentir los seres humanos (amor, odio, ira, alegría, etc.), lo cierto es que la depresión, es una enfermedad que puede afectar todos los aspectos de la vida de una persona, incluyendo su estado físico.
La depresión, es un tema plagado de mitos y de falsas impresiones, debido principalmente al desconocimiento.
Pero el angustiante aumento de su presencia entre la población, especialmente en jóvenes adolescentes, ha hecho que la alarma se encienda entre los expertos, quienes han empezado a retirar los velos que oscurecen este trastorno, acercándolo más a las personas comunes, para que por medio del conocimiento tengan la oportunidad de enfrentar su enfermedad concienzudamente y aquellos que tengan seres queridos con esta condición, sepan cómo prestarle el apoyo que necesitan.
Mientras la tristeza es un estado de ánimo que posibilita la superación de eventos negativos en nuestras vidas, la depresión, en cambio, es un trastorno de la personalidad en donde confluyen factores neurobiológicos, neuroendocrinos y sociales, además de psicológicos.
A nivel físico, la depresión consiste en la disminución de las hormonas encargadas de hacernos sentir bienestar: la serotonina y la dopamina.
Cuando el nivel de serotonina baja, la actividad del hipotálamo -parte del cerebro encargado de regular los ciclos de hambre, sueño y las respuestas a las emociones- se descontrola, por eso se alteran el apetito y la persona suele dormir mucho o por el contrario, muy poco.
A su vez, la depresión afecta también el hipocampo -la región del cerebro encargada del procesamiento de la memoria, el aprendizaje y la generación de nuevas neuronas-.
Es por esto, que las personas deprimidas tienden a tener problemas con la memoria y suelen tener miedo a enfrentar situaciones cotidianas, como por ejemplo ir a estudiar o trabajar, ya que como sus neuronas no se renuevan su capacidad para disminuir las sensaciones de miedo se reduce.
Además, se produce una desconexión entre la amígdala -parte del cerebro que se encarga de controlar el miedo- y las zonas del cerebro que manejan las emociones, por lo que la percepción del sujeto sobre las cosas y personas que le rodean se torna turbia y negativa.
La idea constante de que algo va a salir mal, puede ocasionarles ansiedad, es por eso ambos trastornos suelen estar relacionados.
Otra hormona que se ve afectada además de la serotonina, es la dopamina, responsable del placer, por lo que al disminuir, la persona deja de sentir interés por cosas que antes le ilusionaban mucho.
En algunas oportunidades, la depresión es producto de un evento negativo en la vida de quien la padece, como la muerte de un ser querido o la pérdida de un empleo o de la salud.
También, puede ser resultado de sucesos traumáticos en la vida de la persona que hicieron que sus bases emocionales, psíquicas y físicas se tambalearan.
Adicional a esto, los problemas de tipo económico pueden hacer que una persona se deprima.
Sin embargo, no todas las personas que han pasado por estos eventos negativos, necesariamente se deprimen.
En vista de lo anterior, se deduce que además de los factores sociales, inciden otros que hacen más susceptibles a unas personas que a otras de sufrir depresión.
Estos factores que aumentan las probabilidades de que alguien pueda padecer en algún momento de su vida este trastorno, son los siguientes:
Dependiendo de la cantidad e intensidad de los síntomas manifestados, la depresión se divide en tres tipos:
Es cuando los síntomas son suaves y la persona a pesar del malestar, puede realizar sus actividades diarias con pocas dificultades.
En este tipo de depresión hay presencia de múltiples síntomas depresivos, como cansancio, falta de energía, abulia y alteraciones en el sueño, pero aún así, puede continuar realizando sus actividades diarias.
Severa: en este punto la percepción de sí mismo, las personas que le rodean y la vida en general se distorsiona, haciéndose oscura y pesimista.
Si te preguntabas ¿cuál es el tipo de depresión más grave que existe?, es este, porque si no es tratado a tiempo, la persona puede llegar a tener pensamientos suicidas recurrentes que lo lleven a atentar contra su vida.
Derivados de esta clasificación, la depresión se divide a su vez de acuerdo con la sintomatología presentada:
Los síntomas son leves y desaparecen después de un corto período de tiempo.
La persona se siente deprimida la mayor parte del tiempo, interfieriendo con sus actividades de forma relativamente considerable.
Muy peligroso, si no es tratado con terapia cognitiva y medicación, la persona puede autolesionarse e incluso atentar contra su propia vida. Su rutina diaria se ve afectada por completo.
A su vez, existen otros tipos de depresión, relativos a circunstancias particulares:
Se diagnostica cuando una mujer sufre un episodio depresivo luego de dar luz, producto generalmente de los drásticos cambios hormonales que sufre su organismo.
Es cuando la persona sufre de psicosis y la enfermedad le produce depresión, debido a su constante ruptura con la realidad, sus delirios y alucinaciones.
aparece específicamente durante los meses fríos de invierno, cuando la luz solar disminuye.
Existen rasgos que son comunes a cualquier tipo de depresión, el primero de los cuales es la tristeza persistente.
Pero la tristeza, es solo la punta del iceberg de los síntomas que presenta una persona cuando está atravesando una fase depresiva, que son los siguientes:
El tratamiento variará de acuerdo con cada paciente en particular y el tipo de depresión que tenga.
Sin embargo, existen dos motores fundamentales en el manejo a pacientes depresivos: el tratamiento psicológico y el tratamiento biológico.
El peso que cada motor tenga en el tratamiento, variará de acuerdo con cada paciente en sí y el tipo de depresión que tenga.
Por ejemplo, un paciente diagnosticado con depresión severa, recibirá un tratamiento donde la parte farmacológica tenga incluso más peso que la terapia cognitiva, porque este tipo de depresión, por lo general, tiene una base biológica que prevalece sobre las otras.
Los trastornos leves, por el contrario, recibirán un tratamiento donde la terapia cognitiva sea la protagonista, pudiendo prescindir incluso de la farmacoterapia si los síntomas son muy leves.
En el caso de la distimia, el tratamiento consistirá en la distribución proporcionada de terapia y medicamentos.
Para todos los casos, resulta importante que los pacientes aprendan técnicas de reconocimiento precoz de síntomas y prevención de recaídas.
La sociedad actual es un semillero de situaciones estresantes, conflictivas; circunstancias y eventos que han propiciado el incremento de la tasa de personas con depresión en todo el mundo.
Es por eso que la educación toma una importancia vital, en un momento histórico donde los antiguos preceptos sociales empiezan a ser cambiados por nuevas formas de convivencia.
El cambio, siempre acarrea algo de dolor, pero con el conocimiento de ciertas herramientas y la ayuda de personal capacitado en caso de ser necesario, es posible prevenir este trastorno. La clave radica en la inteligencia emocional.
No podemos controlar las situaciones que vivimos, ni podemos controlar lo que las demás personas hacen, pero sí podemos aprender a manejar debidamente nuestras emociones ante las cosas que nos suceden, para así poder reaccionar de forma asertiva sin que se deteriore nuestra salud mental.
Además, existen otras herramientas que debemos aplicar hasta convertirlas en un estilo de vida. No hay mejor cuidado, que el que nosotros mismos nos proveemos:
Si tu o algún conocido o familiar notas que presente alguno de estos síntomas de manera significativa, te sugerimos acudir a un especialista.