La anemia es una afección que ocurre cuando hay deficiencia de glóbulos rojos en la sangre. Conoce los síntomas y los distintos tipos que existen
La anemia es una afección que ocurre cuando hay deficiencia de glóbulos rojos en la sangre. Conoce los síntomas y los distintos tipos que existen
La anemia es conocida también como el nivel bajo de la hemoglobina. Es una afección que se presenta en personas que carecen de suficientes glóbulos rojos saludables que ayuden a transportar el oxígeno hacia las distintas áreas del cuerpo.
Pueden ser diversas las razones por las que se presenta la anemia, en algunas ocasiones puede ser la aparición de una enfermedad hematológica o la consecuencia de otro tipo de enfermedades. La anemia puede ser tratable, pero en algunos casos puede ser mortal si no se realiza un diagnóstico a tiempo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la anemia como una condición en la cual el número de glóbulos rojos o la concentración de hemoglobina en la sangre es inferior a lo normal. Esta deficiencia disminuye la capacidad de la sangre para transportar oxígeno a los tejidos del cuerpo, lo que puede provocar una serie de problemas de salud.
La OMS establece criterios específicos para diagnosticar anemia basados en los niveles de hemoglobina en la sangre, que varían según la edad, el sexo y el estado fisiológico (por ejemplo, el embarazo). Aquí están los umbrales de hemoglobina que se utilizan comúnmente para definir anemia:
La anemia es una condición común en todo el mundo y puede tener un impacto significativo en la salud pública, especialmente en países en desarrollo. Según la OMS, la anemia afecta a aproximadamente 1.620 millones de personas globalmente, lo que representa el 24.8% de la población mundial. Las poblaciones más afectadas son:
Deficiencia de hierro: la causa más común a nivel mundial, a menudo debido a una ingesta insuficiente de hierro, pérdidas de sangre (como menstruación abundante) o mala absorción.
Deficiencia de vitamina B12 o folato: estas vitaminas son necesarias para la producción de glóbulos rojos.
Enfermedades crónicas: como infecciones, cáncer y enfermedades autoinmunes, que pueden afectar la producción de glóbulos rojos.
Desórdenes genéticos: como la talasemia y la anemia de células falciformes.
Pérdida aguda de sangre: por hemorragias internas o externas significativas.
La OMS promueve varias estrategias para prevenir y controlar la anemia, incluyendo:
La anemia es una condición tratable y prevenible, y la identificación y el manejo adecuados son cruciales para mejorar la salud y la calidad de vida de las personas afectadas.
La anemia puede surgir por diversas razones y al momento de presentar síntomas y de la intensidad de los mismos el médico se encargará de enviar las pruebas necesarias para definir el tipo de anemia que se presenta. De esta forma puede brindar un tratamiento que le permita recuperar su salud por completo.
La anemia falciforme es uno de los trastornos de tipo hereditario, surge principalmente cuando no hay suficientes glóbulos rojos sanos para trasladar el oxígeno. Por lo regular los glóbulos rojos tienen forma redonda y son flexibles; pero cuando existen células falciformes los glóbulos rojos tienen forma de media luna, son rígidos y pegajosos, lo que ocasiona disminución en el flujo de sangre.
La aparición de la anemia falciforme se debe a la mutación de un gen que ocasiona la aparición de glóbulos rojos en forma de media luna. Si dos padres tienen el mismo gen defectuoso, el hijo puede verse afectado. En el caso que solo un padre presente esta mutación en la sangre, el hijo no presentará síntomas de anemia, pero sí será portador de la enfermedad.
La anemia ferropénica se conoce así cuando el paciente presenta deficiencia de hierro en su organismo. El hierro es el responsable de ayudar en la creación de glóbulos rojos. Esta es la razón más común que se presenta cuando aparece la anemia.
El hierro es una parte fundamental para la creación de glóbulos rojos, sin este la sangre no puede transportar el oxígeno correctamente. Por lo regular todas las personas obtienen el hierro que necesitan por medio de los alimentos para crear nuevos glóbulos o reutilizar los viejos.
Cuando ocurre anemia por falta de vitaminas se debe a que existe una cantidad muy baja de folato y vitamina B-12. También es posible que el paciente pueda presentar problemas para absorber o procesar esas vitaminas. Cuando ocurre esta deficiencia el organismo genera glóbulos rojos muy grandes que no funcionan bien ni pueden trasladar suficiente oxígeno en la sangre.
Una de las razones principales por las que existe esta deficiencia es porque el paciente consume pocos alimentos que contienen vitamina B-12 y folato. Otras de las causas pueden ser enfermedades intestinales, cirugías gástricas o cuando el sistema inmunológico ataca las células del estómago responsables de realizar el factor intrínseco.
Por lo general los glóbulos rojos duran en el cuerpo 120 días, pero cuando una persona tiene anemia hemolítica estos se destruyen antes del lapso de tiempo esperado. Lo que ocasiona una deficiencia de glóbulos. Este problema se presenta también cuando la médula ósea (la responsable de crear glóbulos rojos) no produce los suficientes para reemplazar a aquellos que han sido destruidos de forma natural.
Cuando hay un problema en el sistema inmunológico el organismo puede detectar a sus propios glóbulos rojos como una amenaza y los destruye. Otras de las razones por las que puede ocurrir anemia hemolítica son las infecciones, la exposición a toxinas, por transfusiones donde el donante no es compatible y cuando ocurren coágulos de sangre en vasos sanguíneos.
La anemia aplásica suele ser uno de los tipos más raros y riesgosos para la salud. Ocurre cuando el organismo detiene la producción de glóbulos rojos nuevos. Este puede presentarse en cualquier edad y puede aparecer de forma repentina causando fatiga, creando sangrados descontrolados e incrementa la posibilidad de infecciones.
La principal causa por la que aparece la anemia aplásica es cuando las células madre se encuentran dañadas, se observa una médula ósea vacía o que contiene muy pocas células sanguíneas. La quimioterapia, radiación, la exposición a químicos tóxicos y los trastornos autoinmunitarios son algunas de las razones por las que aparece este tipo de anemia.
La anemia de inflamación, se le conoce también como anemia por enfermedad crónica. Esta puede aparecer en personas que tienen algún problema de salud relacionado con inflamaciones, ya sea una infección, una enfermedad renal, cáncer y enfermedades autoinmunitarias. En estos casos es muy probable que el paciente tenga niveles normales de hierro o elevados pero una baja concentración en la sangre.
La razón de esto es que la inflamación del organismo impide que el cuerpo pueda absorber el hierro para producir la cantidad necesaria de células rojas y presentarse la anemia. Los problemas ocasionados por la anemia de inflamación suelen ser bajos o moderados, pero en aquellas personas con una enfermedad renal crónica puede ocasionar problemas en el corazón.
Para el tratamiento el médico previamente deberá mandar una serie de exámenes, revisar los antecedentes familiares y conocer si tiene alguna patología previa para conocer la razón de la anemia. Es posible que se le recomiende al paciente realizarse una hematología completa y un examen para identificar la forma y tamaño de los glóbulos rojos.
Dependiendo de lo que arrojen los resultados, el tratamiento puede estar relacionado directamente con algunos cambios en la alimentación y la incorporación de suplementos de vitaminas o hierro por medio de tabletas.
En otros casos también puede requerir:
Los primeros síntomas de la anemia son cansancio o debilitamiento en quienes lo padecen. La atención oportuna puede ayudar a los pacientes a recuperar su energía y buen humor. Aunque esta enfermedad no suele ser una patología de alto riesgo, si no se trata de forma oportuna puede ocasionar insuficiencia cardíaca debido a los niveles bajos de oxígeno en órganos como el corazón.