Es una condición que afectará el autoestima de la persona y generará descontento en su vida diaria
Es una condición que afectará el autoestima de la persona y generará descontento en su vida diaria
La procrastinación es un problema que se puede presentar en cualquier persona. De hecho, es más común de lo que parece, por lo que detectarlo, es el primer paso para frenarlo.
Muchas veces las personas lo pueden confundir con holgazanería, pero es una conducta que se asemeja al manejo de las emociones, las cuales pueden llegar a impedir el cumplimiento de ciertos objetivos o actividades importantes. Por este motivo, es necesario aprender cómo detectar si se ha vuelto un hábito o solamente algo momentáneo.
Es el acto que se realiza al postergar cualquier actividad que se tenga planificada. Esto puede ocurrir a través de excusas o simplemente colocar como prioridad otros objetivos que no poseen mayor importancia.
De igual manera, se puede identificar como la elección de prioridades. De esta forma, el paciente creará en su planificación de vida objetivos primarios pero nunca los alcanzará porque tiene como enfoque únicamente los secundarios.
Es necesario acotar que el acto de procrastinar, no es lo mismo que aplazar las asignaciones intencionalmente. Esto es una incapacidad de manejar los impulsos y emociones.
Un paciente al procrastinar simplemente busca mejorar el estado de ánimo, por lo que deja atrás las actividades que le generen algún tipo de estrés.
A pesar de que algunas personas desconocen el término, es más común de lo que parece.Todos en algún momento de sus vidas han procrastinado alguna actividad, sin embargo, lo importante es evitar que esto se vuelva un hábito.
Uno de los casos comunes con este hábito son los perfeccionistas. ¿Por qué? A pesar de que no dejan de efectuar algo hasta que esté completo, es posible que esas acciones generan una gran carga de estrés. Por este motivo, es posible que dejen de hacer la tarea pendiente simplemente para evitar esta condición.
Por otro lado, están las personas temerosas que piensan en el que dirán sus compañeros de estudio o trabajo. De esta manera, el miedo al fracaso o no cumplir las expectativas harán que dejen los objetivos y digan excusas como “no tuve tiempo”.
Es una conducta que al final puede contraer una inestabilidad emocional sumamente grave. Esto se debe a que la acumulación de actividades, autocrítica y posiblemente señalamientos de otras personas afecten en su condición.
A pesar de que la procrastinación se aplica para evitar situaciones que afecten las emociones, no es una práctica efectiva. El paciente solamente atraerá una serie de situaciones que anulará el pequeño momento de calma que obtuvo.
¿Por qué sucede esto? Es una lucha interna constante del paciente, ya que está totalmente consciente de lo que hace pero esto no es una limitante.
Sin embargo, según la investigación de Hershfield, el ser humano no es capaz de pensar claramente sobre un futuro lejano en una situación de estrés. Por este motivo, simplemente dejará de hacer algo que lo mantendrá en calma.
¿Cuál es el mayor enemigo de esto? ¡La autocrítica! A pesar de que está consciente de lo que hace, no podrá evitarlo y lo frustrará cada día más. Por lo que se genera una inestabilidad emocional importante, que incentivará a que deje de hacer cualquiera de sus deberes.
Según el psicólogo Tim Pychlyl, es el problema más grave en la educación. Esto se debe a que cada día los estudiantes dejan sus tareas atrás para efectuar otras tareas de menor importancia.
Así que dejar algo para después puede traer graves consecuencias, sobretodo si es en el área de salud. Algunas enfermedades son sencillas de tratar, sin embargo, al no ser tratadas a tiempo la afección se puede complicar hasta el punto de tener que hospitalizar al paciente.
En esta época de aislamiento se ha vuelto una práctica muy común. Esto se debe a que hay mayores facilidades y más agentes distractores como las redes sociales para tener este hábito.
En el caso de los estudiantes, con tan solo un clic lograrán cambiar la página de su tarea para ver un video o hacer otra actividad. De esta manera, sentirá un alivio momentáneo pero la acumulación de deberes generará una carga excesiva, por lo que de seguro bajará el rendimiento y calificaciones en cada una de las asignaciones.
Igualmente, es un hábito que se puede volver común en el home office. A pesar de que ha sido la opción más viable durante la cuarentena, los agentes distractores para relajarse abundan en el hogar.
Por este motivo, hay más posibilidades de que un trabajador para liberar o evitar toda la presión que requiera una asignación la postergue. ¿Cómo es posible? Al estar en una computadora con conexión a internet, solo necesitará de un clic para cerrar la pestaña y ver algo que mejore sus emociones.
Hay varias opciones interesantes que de seguro ayudarán a evitar la procrastinación:
Uno de los motivos principales que genera esta práctica, es la ejecución de objetivos sumamente grandes. Esto puede ocasionar que la persona no sepa por dónde empezar y lo deje para después.
Por este motivo, es necesario dividir las asignaciones por pasos hasta llegar al objetivo general planteado. De esta forma, sentirá que la tarea puede ser completada y al terminar todas ellas se llegará a la meta planteada.
Esto puede ser un paso importante al momento de seguir algunas indicaciones médicas. En muchas ocasiones es posible que el paciente no se tome la pastilla a la hora, pero es posible que tenga un hábito que pueda combinar con la posología.
¿Un ejemplo? Si el paciente se levanta todos los días temprano a tomar agua, puede apoyarse de esto para ingerir la medicina. Cabe destacar, que esto dependerá de las indicaciones del especialista.
Es posible encontrar pacientes que sientan rabia o sentimiento de culpa por practicar la procrastinación. Sin embargo, el psicólogo Pychyl asume que es una práctica contraproducente.
Esto se debe a que el nivel de frustración aumentará y la salud mental se verá afectada. De esta manera, recomienda realizar una autoevaluación y perdonarse por el acto cometido.
La procrastinación es un hábito que llega a la vida de las personas de forma silenciosa y se tiende a volver recurrente. Por este motivo, es necesario detectarlo en el momento para evitar que se vuelva una costumbre.
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